16/9/11

Princesas que nunca llegarán a ser reinas *

.
Princesas que nunca llegarán a ser reinas

Internet se ha vuelto un punto clave para hacer apología a la anorexia y la bulimia
Las redes sociales se escudan en la libertad de expresión para no eliminar los perfiles que divulguen los ideales de estos trastornos alimenticios

Ana y Mía son las protagonistas de esta historia. Tienen un espacio propio que les hace ser diferentes a las otras princesas, sin embargo, a diario dan la bienvenida a quienes desean serlo para hacerlas parte de su mundo: la anorexia (Ana), y la bulimia (Mía).

Hace unos días, el ministerio de Sanidad que encabeza Leire Pajín, solicitó a Twitter que aísle los perfiles que fomenten estos trastornos alimenticios. La red social ha respondido de manera negativa, argumentando que prima la libertad de expresión sobre los efectos que los comentarios publicados pudiesen tener.

Internet tiene dos caras en este problema. Por un lado, hay campañas en la web que se encargan de apoyar a la gente afectada por alguna de estas enfermedades, divulgan información y tratan de sacar adelante a los pacientes. En contraste, existen páginas y redes sociales que hacen apología y hasta dan detalles acerca de cómo terminar con la vida dejando de comer. Por ese motivo, Red se ha vuelto un punto clave para hacer apología a la anorexia y la bulimia.


¿Por qué Internet?

Todo empieza como un sueño. Según el informe ‘Anorexia y bulimia en Internet’ de ‘Protégeles.com’, la persona anoréxica o bulímica “no nace, sino que ‘se hace’. Por lo tanto, los factores que la desatan, promueven y refuerzan son principalmente ambientales y del entorno: la presión social, los medios de comunicación, la moda, los nuevos cánones de belleza, el éxito, etcétera”. Así es como surgen las llamadas páginas ‘pro-Ana’, o ‘pro-Mía’, portales encargados de divulgar dietas, consejos, ideales, recomendaciones y hasta autoagresiones a cambio de lograr este objetivo.

En complemento, las redes sociales como Twitter y Facebook, al menos en España, están imposibilitadas para bloquear perfiles que fomenten estos trastornos, lo cual genera una fácil diversificación de estos mensajes, haciendo crecer el problema y poniendo más en riesgo la salud de los jóvenes que son los que más tiempo pasan frente al ordenador, y que estadísticamente son los más afectados por este trastorno alimenticio.

Es evidente que el anonimato juega un papel importante para que se pueda tanto hacer apología del mal, como para ser víctima de ello sin que los padres se den cuenta. Según datos de ‘Protégeles.como’, los porcentajes exactos de edades que ellos atienden por tener alguno de estos males, es: “15 años, 11%; 16 años, 13%; 17 años, 18%; 18 años, 24%; mayores de 18 años, 26%. Es decir, chicas que pueden tener más privacidad frente a un ordenador y que por eso tienen mayor riesgo de caer en algún trastorno.


Llamado de auxilio

Así como hay foros, redes y páginas que defiendan los principios de la anorexia o la bulimia, existen también sitios web dedicados a intentar ayudar a estas personas. ‘Tú eres más que una imagen’ se encarga de atender a los menores afectados. Llevan a cabo campañas, cursos, talleres, tanto para los enfermos como para los padres, pues estos últimos viven la el mal junto con sus hijos.

‘El mundo de Ana y Mía’, es una antítesis de las páginas ‘pro-Ana’ o ‘pro-Mía’. Se encarga de desmitificar que es positivo dejar de comer, alimentarse con dietas desequilibradas, o que es bueno autoagredirse. Proporciona información sobre la enfermedad y orientación a los padres.

Pese a que estas asociaciones se han encargado de bloquear algunas páginas que hagan directa apología a la anorexia o a la bulimia, aún les falta lograr que se reforme la legislación española para que las redes sociales que tienen el alcance como el de Facebook y Twitter, se vean obligadas a hacer lo mismo. Frente a esto, el ministerio de Sanidad recurrirá a la Unión Europea para obtener el respaldo y que puedan ser bloqueados los perfiles que fomenten estas aberraciones.

Mientras tanto, los padres de familia tienen la misión de vigilar a sus hijas de lo que hacen cuando navegan en Internet. De ayudarles a diferenciar entre cuidarse y autoagredirse. A discernir entre alimentarse sano y dejar de comer. Es decir, ayudar a que algún día sus princesas lleguen a ser reinas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario