19/5/15

Anorexia y bulimia se expanden por la red


Anorexia y bulimia se expanden por la red

Las asociaciones de protección exigen la eliminación de sitios webs que hacen apología de los trastornos de la alimentación // Las páginas utilizan términos como proana o promía y calificativos como príncipes y princesas para identificarse

asturias24.es

Se suele decir que internet es un arma de doble filo. El usuario se nutre de conocimientos de forma instantánea y es una herramienta de ocio que la gran mayoría de la población utiliza. No obstante, internet a veces puede ser muy peligroso, no ya por la pérdida de privacidad y el control que se puede ejercer sobre el individuo, sino por el carácter de los propios usuarios. Las personas con enfermedades o trastornos mentales son uno de los sectores más afectados por la falta de filtros que hay en internet. En especial, los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) han acaparado miles de webs, tanto blogs personales como páginas autodenominadas especializadas, que actúan como comunidades parentales en las que el apoyo, la competencia y los malos hábitos se convierten en acciones insalubres cuyo objetivo es lograr la autoaceptación.

La anorexia y la bulimia son dos realidades en nuestro país, pues se estima que un millón de personas (2% de la población) las padecen. Las mujeres son las mayores víctimas, pues de los casos registrados en nuestro país, solo un 15% son varones. Los trastornos de la alimentación son cada vez más tempranos, es habitual su irrupción en la adolescencia. En estas edades la personalidad aún no está formada y los jóvenes tienen inseguridades, por lo que con el objetivo de lograr la ansiada aceptación se llegan a cometer erorres. Así pues, internet está plagado de webs que atraen a los enfermos a buscar una justificación a sus actos y a apoyarse mutuamente entre otros enfermos.

Según el catedrático Julio Bobes, jefe de servicio de Psiquiatría del HUCA y vicepresidente de la Sociedad Española de Psiquiatría, “los trastornos de la alimentación tienen diferentes particularidades dependiendo del caso, apareciendo casos de conductas alimentarias muy restrictivas o todo lo contrario, pautas en las que la glotonería es el principal problema”. Además, el doctor Bobes señala que “tales trastornos pueden provocar desajustes hormonales, alteraciones hematológicas y de eliminación renal, además de déficits de hemoglobina”.

Apología a los trastornos alimentarios en red


Las webs que hacen apología a los malos hábitos alimenticios son denominadas como Pro-Ana (promueven y apoyan la anorexia) y Pro-Mia (promueven y apoyan la bulimia). En estos sitios web los usuarios son tratados como príncipes y princesas (término derivado del lema no es fácil llegar a ser una princesa, que se han atribuido como proclama) y tienen como objetivo dar consejos tales como “Maquíllate para que no te noten las ojeras y la palidez”, “usa ropa holgada y ancha para que no noten tu pérdida de peso”, o “disfruta de la sensación de hambre; significa que estás adelgazando”. Además de esos consejos adornados con un tono fraternal, estas páginas recomiendan dietas nocivas para la salud, de hasta 500 kcal por día, incitaciones a usar medicamentos adelgazantes, diuréticos, laxantes, tabaco y, en casos más extremos, sustancias como la cocaína. Además de consejos, en las webs no es inusual ver competiciones por adelgazar o por ayunar y tácticas para engañar a los padres.

En este aspecto, Julio Bobes tiene una posición bien marcada: “En internet aparecen muchas webs que tienen una importancia capital, pues son una fuente de ayuda considerable para los enfermos”. Sin embargo advierte: “Se debe tener cierta coherencia y tener como referente las páginas que muestran evidencias científicas en su contenido, sin dejarse llevar por páginas condicionadas por una sobreimplicación emocional que, por otra parte, están sujetas a un conflicto de intereses por el autor”. De este modo, el doctor concluye remarcando que “se deben buscar páginas escritas desde el cerebro, no desde el estómago”.

Los desórdenes alimenticios están frecuentemente acompañados de trastornos del estado de ánimo, tales como depresión, ansiedad o trastornos bipolares. Esta confluencia de alteraciones en la consciencia y el correcto devenir del afectado hacen que encuentren en las páginas Pro-Ana y Pro-Mia el apoyo que la sociedad les niega. En estos lugares se crean comunidades de apoyo que justifican los actos dañinos y, en algunos casos, lo ensalzan. Los príncipes y princesas, en un plano individual, saben que tienen un problema, pero en el plano colectivo tienen orgullo por su condición. Este comportamiento provoca que se cree una cultura identitaria que nace de la reflexión de la enfermedad como estilo de vida.

Los comportamientos grupales, por lo tanto, nacen de la presión que la sociedad ejerce sobre los enfermos. Es destacable que los trastornos alimentarios están ligados a las sociedades industrializadas, en los que se han incrementado los factores que oprimen a los afectados. Como ejemplo tenemos el incremento gradual de dietas publicadas en prensa escrita, que no han dejado de aumentar, puesto que según diversos estudios las publicaciones con la palabra “dieta” en su portada venden más. Esta situación provoca a los más escépticos la creencia, un tanto orwelliana, de que esta difusión no es más que una vía de dominación social.

Lucha activa contra este tipo de webs

España cuenta con varias asociaciones que luchan para eliminar estas webs tan perjudiciales para los aquejados por un trastorno de la conducta alimentaria. La asociación para la defensa de la atención a la anorexia nerviosa (Adaner) es el máximo exponente en ayuda a los afectados y sus familias, pues proporciona asesoramiento a los afectados. Asimismo, organizan charlas informativas, grupos de autoayuda y talleres para lograr superar los trastornos. A su vez, Protégeles es una asociación enfocada en la protección de menores en la red que opera de forma gratuita y cuya labor es destacable. Protégeles ha denunciado en reiteradas ocasiones la falta de regulación de estas páginas web, pues en otros países (como Francia) la publicación de este tipo de contenido está penado con multas de hasta 30.000 € y hasta 3 años de cárcel.

Además, Protégeles, en colaboración con el Defensor del Menor, lleva a cabo la campaña Tú Eres Más Que Una Imagen, con el fin de informar de los daños que los TCA provocan, prever y solucionar algunos casos.

Prohibición: ¿es posible?

Los desajustes alimenticios tienen una solución mediante tratamiento, pero es obvio que con el uso masivo de las redes la aceptación es muy difícil cuando aparecen informaciones dañinas camufladas de solución. Por ello, el aumento progresivo de la anorexia y la bulimia en jóvenes está fuertemente ligado a la edad con la que se tienen los primeros contactos con internet, pues es cada vez más temprana. A pesar de que la prohibición de estas páginas parece éticamente aceptable, ciertos sectores de la sociedad no están de acuerdo por reducir la libertad de expresión. La eliminación de estas páginas oscila entre la realidad y la utopía, y parece que la resolución aún seguirá brillando por su ausencia.

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