6/10/17

Adolescentes varones también son víctimas de la anorexia [6-10-17]

 
Adolescentes varones también son víctimas de la anorexia

Este trastorno alimenticio puede presentarse desde los once años de edad

La anorexia se abraza a los cuerpos adolescentes. Los más vulnerables a sufrir este trastorno alimenticio, son las niñas y los chicos en pubertad.

Carla Márquez, psicóloga especializada en psicopatología clínica y trastornos de alimentación, del Centro Estético Médico Láser Los Naranjos, considera que probablemente la razón por la que la anorexia encuentra víctimas fáciles en los adolescentes de ambos sexos es porque ellos deben adaptar los cambios que observan en su cuerpo a los ideales de belleza que les impone la sociedad; y estos son de delgadez.

"El mayor grupo de riesgo son las niñas adolescentes, pero cada vez, con mayor frecuencia, se observa que los varones también sufren este trastorno alimenticio", dice Márquez. Apunta, además, que la edad de inicio también ha disminuido. "Hace unos años, la anorexia se manifestaba desde los 14 años, pero ahora ocurre desde los 11", expresa.

Los más vulnerables son los adolescentes, chicos y chicas, con antecedentes de sobrepeso, reciente o en su infancia, especialmente aquellos que se sintieron estigmatizados por no ser delgados. A muchos de ellos, en ocasiones, incluso sus familiares los presionaban para que rebajaran. "Ocurre que, en algún momento estos jóvenes bajan de peso, reciben refuerzos positivos a esto y entonces no paran; siguen adelgazando", comenta Márquez. Dejan de comer y hacen ejercicio excesivo hasta llegar a ser peligrosamente flacos.

Los padres suelen notar las primeras señales, pero lo atribuyen a una etapa pasajera del chico. "Por experiencia sé que, cuando hay dudas en los padres de que su hijo no está alimentándose adecuadamente es porque realmente es así", comenta. La recomendación es buscar ayuda médica lo antes posible pues, "cuando el diagnóstico es temprano, el tratamiento surte éxito rápidamente".

Pero, si pasan años, el ayuno prolongado se hace hábito y el daño a la salud se afianza. El impacto psicológico es generalizado. "No tienen conciencia de la enfermedad y del daño que causan a su salud. Los jóvenes con esta condición suelen deprimirse y sentirse incomprendidos", dice Márquez.

Ellos sufren distorsión de su propia imagen. Por más delgados que estén, cuando se miran al espejo se observan gordos. Y no les convence que sus familiares o amigos le digan lo contrario. "Realmente creen que tienen sobrepeso. No es algo psicótico, pues sí son capaces de distinguir que otras personas están demacradas y excesivamente delgadas. Por eso las terapias grupales suelen ser efectivas", señala la psicóloga.
 

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