4/8/15

Los trastornos alimentarios se disparan durante el verano [04-08-15]


Los trastornos alimentarios se disparan durante el verano 

El número de afectados por trastornos alimentarios aumenta de forma notable durante el verano en España, con puntas de crecimiento en el inicio y final de la época estival, debido a la preocupación creciente que existe en esta época por mostrar el cuerpo.

El aumento de los casos es común en todos los países de Occidente donde existe una etapa de culto al cuerpo y el valor fundamental de la población es la imagen, ha explicado a Efe el vicedecano segundo del Colegio de Psicólogos de Castilla y León, Luis Melero.

Aunque ya existían desde hace tiempo, Melero considera que la anorexia -dejar de comer para perder peso-, la bulimia -ingesta exagerada de alimentos y vómito posterior- y la vigorexia -obsesión por el cuidado del cuerpo- "son una epidemia del siglo XXI", cuando en el modelo social la imagen es fundamental y "ha calado en la psicología de la sociedad".

La tasa de incidencia de trastornos de la conducta alimentaria como anorexia y bulimia es de un tres de cada 100.000 personas de la población de riesgo, jóvenes entre los 10 y los 25 años, ha asegurado el vicedecano de los psicólogos castellanoleoneses, quien matiza que afectan principalmente a mujeres "muy inteligentes, pero vulnerables".

En el mismo sentido ha analizado los trastornos alimentarios la psicóloga Belén Gómez, directora de la Asociación contra los trastornos alimentarios Juncoella en León.

Esta organización federada está formada por médicos, trabajadores sociales y un grupo de seis psicólogas, que trabajan las veinticuatro horas del día con 150 pacientes con todo tipo de dolencias, no sólo bulimia o anorexia sino también obesidad.

La asociación que dirige Gómez ha registrado en lo que ha transcurrido de verano un aumento del 80 por ciento de pacientes por trastornos alimentarios y aventura un incremento nacional del 60 por ciento respecto al invierno.

Gómez dirige el centro que se creó en 1999 y a pesar de que en sus instalaciones sólo han tratado a diez hombres, ha admitido que le han llegado datos de otros centros de España que reflejan un aumento en el número de varones que sufre estos trastornos.

"Ellos tienen más pudor para reconocerlo", en opinión de la directora de Juncoella, y sobre todo les afecta el trastorno denominado vigorexia, una enfermedad que comenzó a manifestarse de manera masiva hace cuatro años y que consiste en una preocupación excesiva por mejorar el aspecto corporal y desarrollar su musculatura.

Alarmante es la edad de los pacientes que trata este centro leonés, donde se registra un aumento en enfermos de muy corta edad, con casos de niños de tan sólo 10 años, aunque también se dispensa tratamiento a personas mayores de 40 años.

Los enfermos pasan sobre seis meses en la asociación leonesa hasta conseguir su curación, un plazo del que Belén Gómez está orgullosa, porque es consciente de que en algunos centros, entre los que ha puesto como ejemplo algunos de Estados Unidos, los pacientes tardan años en salir.

Todas estas enfermedades tienen un fuerte componente mental y lo que tratan de hacer estos colectivos es enseñar de nuevo los hábitos alimentarios que los enfermos han perdido.

La asociación leonesa es una organización privada porque no les queda más remedio, ha asegurado su directora, ya que no reciben subvenciones ni de la Diputación ni del Ayuntamiento y los acuerdos que han hecho con otros organismos se han quedado en "buenas palabras".

Se trata de "un tema muy serio, la gente muere por esto", ha alertado Belén Gómez, quien ha argumentado que el 10 por ciento de los enfermos más graves de anorexia y bulimia murió el año pasado.

Aunque el verano es el periodo más propicio para el desarrollo de estos males, Isabel Domínguez, psicóloga y directora de la Unidad Salmantina de Trastornos Alimentarios, ha explicado a Efe que el aumento de tratamientos se dispara en septiembre.

"El problema se suele posponer muchísimo en verano", advierte Domínguez, directora de uno de los centros multidisciplinares que cuenta con expertos de diversas especialidades pioneros en Castilla y León.

En este caso, dispone en concreto de ambulatorio, donde se evalúa en primer lugar al paciente; centro de día, en el que se trata a quienes precisan este tipo de atención; y un piso tutelado para pacientes de trastornos alimentarios calificado como más graves.

En anorexia, bulimia e ingesta compulsiva, de cada diez enfermos ocho son mujeres y dos son hombres, asegura la directora de la directora de la Unidad Salmantina, que tiene ocupado el piso tutelado al cien por cien y suele completar la capacidad del centro de día, para veinte personas, al final del verano.

Sus pacientes tiene una media de 20 años y suelen pasar doce meses en la unidad con un "porcentaje muy alto sin recaídas", afirma Domínguez, quien considera que en estos trastornos influyen muchas variables como la familia, la sociedad y los amigos "y no se puede dejar ningún cabo suelto". EFE

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